El autor del libro ‘El partido. Argentina - Inglaterra, 1986’, contó cómo fue indagar en el encuentro que cambió la carrera de Maradona.
El periodista Andrés Burgo contó el detrás de escena de su nueva obra El partido. Argentina – Inglaterra 1986, y cómo fue indagar sobre el legendario encuentro de aquel 22 de junio sin tener la voz de su protagonista Diego Maradona: “A veces, cuándo no podes contar con el testimonio principal está bueno rodearlo”, dijo y, dejando de lado todo su egocentrismo, agregó que era imposible llegar a hablar con el astro argentino.
Pese a ser un partido de cuartos de final, el 2-1 ante Inglaterra en el Estadio Azteca de México tuvo de todo: los dos goles más famosos, uno convertido con “la mano de Dios”, el otro inscripto en el firmamento de las obras de arte y reforzado por un relator magistral como Víctor Hugo Morales que inmortalizó frases épicas como “barrilete cósmico de qué planeta viniste”; la Guerra de Malvinas como telón de fondo y una herida que estaba lejos de cicatrizar, la violencia en los estadios entre los barras bravas y los hooligans, las camisetas azules compradas y bordadas horas antes del encuentro, un árbitro tunecino insólito y un césped en pésimas condiciones que complicaba el juego bajo el intenso calor y la altura mexicana. “Por todos esos condimentos, el partido superó cualquier ficción, ni al mejor guionista se le hubiera ocurrido algo así y es por eso que enfoqué mi libro en aquel histórico día”, explicó apasionadamente el autor.
La palabra del 10 argentino no está en el texto; sin embargo Burgo, lejos de lamentarlo, se cruzó de vereda y fue en búsqueda de los testimonios secundarios. “Desde el principio sabía que no contaría con la voz de Diego Maradona, por lo que no me cambió mi dirección. Me enfoqué en los personajes secundarios por dos razones: la primera es que no podía llegar al astro, para hacerlo hay que tener suerte, ser el amigo o acercar una oferta económica; la segunda porque los personajes secundarios no suelen ser entrevistados por los periodistas, entonces todo lo que cuentan no es muy conocido. Quise, y creo que lo logré, llegar al trasfondo de ese día, contar detalles, hacer una cámara secreta que muestre el detrás de escena”, explicó detalladamente Burgo. Fue así que su relato se plagó de voces, de historias menores dentro de la gran historia; como la de los utileros, masajistas, hinchas; aunque también los titulares que jugaron aquel partido e incluso incluyó a ex combatientes que habían sido futbolistas, como Héctor Rebasti y Omar de Felippe, que supieron compartir trinchera en la Guerra por Malvinas.
Burgo tenía tan solo 11 años cuando se produjo el recordado encuentro, por lo que escribir una obra sobre aquel partido del Mundial de México 86 implicó un viaje a su infancia. El reto no fue entonces qué contar, sino cómo contarlo. “El libro forma parte de la colección Mirada crónica de Tusquets y fue editado por Leila Guerriero, una gran escritora pero que no sabe de fútbol -llegó a preguntarme cuáles son los cinco grandes-. 'Me tenes que explicar el libro a mí', me dijo en su momento, en ese instante comenzó el desafío, escribir tanto para aquellos que no siguen el fútbol habitualmente como para los conocedores del deporte rey en la Argentina”, indicó a modo anecdótico el autor y agregó que ahí se dio cuenta que los periodistas deportivos solo le hablan a los que saben de fútbol.
El libro tiene una temporalidad definida y muy clara, hay un antes, un durante y un después del partido; esa línea le sirvió a Burgo para superar el desafío planteado por su editora. “Definir una estructura para el texto fue complicado, es como la columna vertebral y uno no la encuentra hasta que tiene toda la información sobre la mesa. Para mi es uno de los grandes aciertos del libro y me permitió darle un cierre a la obra”, dice mientras espera una Coca Light en un bar porteño a pocas cuadras del Obelisco.
El partido. Argentina – Inglaterra 1986, es una crónica, por lo menos así la define su propio autor en las primeras líneas. Cuenta con numerosas voces a lo largo y a lo ancho de sus 294 páginas, lo que implicó un extenso trabajo de archivo. “Estuve tres años investigando. Comencé en diciembre del 2012, lo entregué recién en octubre del 2015 y lo terminé, incluyendo las correcciones, a comienzos de 2016”, contó Burgo. “Es importante ser organizado. Lo primero que hice fue ir al dato, aunque sea lo más mínimo lo buscaba, biografías de futbolistas argentinos o ingleses que jugaron el partido, libros sobre la relación histórico-futbolística entre Argentina e Inglaterra; me leí las revistas El Gráfico de la época, distintos diarios que hablaban sobre el Mundial México 86 y específicamente de aquel encuentro. Luego llegó el momento de las entrevistas. La tercera parte fue escribir y una cuarta corregir; aunque hice entrevistas hasta dos días antes de entregarlo por lo que hablar de etapas no resulta de mucha utilidad”, culminó con un suspiro como quien logra salir del mar después de haber luchado con olas gigantescas que amenazaban con ahogarlo. “Tuve varias correcciones, por ejemplo estaba mal resuelta la parte de los goles; pero ya veía la orilla, ya hacía pie”, comenta Burgo entre risas.
La obra de Andrés Burgo es un antes, un durante y un después del partido entre Argentina e Inglaterra; donde la verdad es una incógnita que se esconde entre los párrafos y la memoria aflórese confusa y contradictoria entre las voces de los protagonistas. “No se puede llegar a una verdad porque cada protagonista te cuenta cosas distintas y a veces contrapuestas, una cosa es lo que pasó y otra es lo que los entrevistados recuerdan que pasó”, sostuvo el escritor y agregó que muchas veces se inventan recuerdos de cosas que no existieron lo que no significa mentir.
Han pasado tres décadas del legendario encuentro entre La Selección nacional y los ingleses y “la mano de Dios” es uno de los sucesos de los que más se habló. Andrés Burgo recolecta voces de distintos protagonistas que se anudan para comentar aquel gol que Maradona hizo con la mano; desde el testimonio de su padre “Che, el pizzero dice que fue con la mano”, los jugadores Peter Shilton y Steve Hodge entre otros, hasta el astro argentino. Da para pensar que en el banco de suplentes argentinos no la ve nadie, y en el de los suplentes ingleses la ven todos. “En el fondo es también un libro sobre eso, sobre la memoria. En el archivo se ve cómo un mismo jugador va contando un mismo hecho de distintas formas, y cómo se va convenciendo de ese relato; y es que la memoria es muy frágil y selectiva, en cierta forma es una elección y el protagonista siempre elige qué recordar. Hay una frase del novelista español Javier Cercas que me acompañó durante todo el libro: 'Anteponemos nuestros recuerdos a lo que realmente ocurrió'”, reflexionó el autor.
En su obra Burgo rememora un sinfín de anécdotas del meticuloso Carlos Bilardo, director técnico del seleccionado nacional, invita a dudar sobre el verdadero autor de la frase “la mano de Dios”, cuenta las raíces del “barrilete cósmico” de Víctor Hugo Morales, repasa las peripecias de un utilero para conseguir las camisetas azules con las que Argentina le ganó a Inglaterra, relata con suma delicadeza los dos históricos goles del 10 y reconstruye cada instante de aquel 22 de junio de 1986, día en el que Maradona comenzó a ser retratado como un Dios. La selección de los hechos, el qué contar respondió a un objetivo principal: emocionar. “Vi Héroes unas 50 veces, y siempre me pregunté por qué no había un libro que emocione como esa película”, pronunció el periodista, aunque aclaró: “Es uno de mis filmes favoritos pero no busqué igualarlo”.
El periodista Andrés Burgo contó el detrás de escena de su nueva obra El partido. Argentina – Inglaterra 1986, y cómo fue indagar sobre el legendario encuentro de aquel 22 de junio sin tener la voz de su protagonista Diego Maradona: “A veces, cuándo no podes contar con el testimonio principal está bueno rodearlo”, dijo y, dejando de lado todo su egocentrismo, agregó que era imposible llegar a hablar con el astro argentino.
Pese a ser un partido de cuartos de final, el 2-1 ante Inglaterra en el Estadio Azteca de México tuvo de todo: los dos goles más famosos, uno convertido con “la mano de Dios”, el otro inscripto en el firmamento de las obras de arte y reforzado por un relator magistral como Víctor Hugo Morales que inmortalizó frases épicas como “barrilete cósmico de qué planeta viniste”; la Guerra de Malvinas como telón de fondo y una herida que estaba lejos de cicatrizar, la violencia en los estadios entre los barras bravas y los hooligans, las camisetas azules compradas y bordadas horas antes del encuentro, un árbitro tunecino insólito y un césped en pésimas condiciones que complicaba el juego bajo el intenso calor y la altura mexicana. “Por todos esos condimentos, el partido superó cualquier ficción, ni al mejor guionista se le hubiera ocurrido algo así y es por eso que enfoqué mi libro en aquel histórico día”, explicó apasionadamente el autor.
La palabra del 10 argentino no está en el texto; sin embargo Burgo, lejos de lamentarlo, se cruzó de vereda y fue en búsqueda de los testimonios secundarios. “Desde el principio sabía que no contaría con la voz de Diego Maradona, por lo que no me cambió mi dirección. Me enfoqué en los personajes secundarios por dos razones: la primera es que no podía llegar al astro, para hacerlo hay que tener suerte, ser el amigo o acercar una oferta económica; la segunda porque los personajes secundarios no suelen ser entrevistados por los periodistas, entonces todo lo que cuentan no es muy conocido. Quise, y creo que lo logré, llegar al trasfondo de ese día, contar detalles, hacer una cámara secreta que muestre el detrás de escena”, explicó detalladamente Burgo. Fue así que su relato se plagó de voces, de historias menores dentro de la gran historia; como la de los utileros, masajistas, hinchas; aunque también los titulares que jugaron aquel partido e incluso incluyó a ex combatientes que habían sido futbolistas, como Héctor Rebasti y Omar de Felippe, que supieron compartir trinchera en la Guerra por Malvinas.
Burgo tenía tan solo 11 años cuando se produjo el recordado encuentro, por lo que escribir una obra sobre aquel partido del Mundial de México 86 implicó un viaje a su infancia. El reto no fue entonces qué contar, sino cómo contarlo. “El libro forma parte de la colección Mirada crónica de Tusquets y fue editado por Leila Guerriero, una gran escritora pero que no sabe de fútbol -llegó a preguntarme cuáles son los cinco grandes-. 'Me tenes que explicar el libro a mí', me dijo en su momento, en ese instante comenzó el desafío, escribir tanto para aquellos que no siguen el fútbol habitualmente como para los conocedores del deporte rey en la Argentina”, indicó a modo anecdótico el autor y agregó que ahí se dio cuenta que los periodistas deportivos solo le hablan a los que saben de fútbol.
El libro tiene una temporalidad definida y muy clara, hay un antes, un durante y un después del partido; esa línea le sirvió a Burgo para superar el desafío planteado por su editora. “Definir una estructura para el texto fue complicado, es como la columna vertebral y uno no la encuentra hasta que tiene toda la información sobre la mesa. Para mi es uno de los grandes aciertos del libro y me permitió darle un cierre a la obra”, dice mientras espera una Coca Light en un bar porteño a pocas cuadras del Obelisco.
El partido. Argentina – Inglaterra 1986, es una crónica, por lo menos así la define su propio autor en las primeras líneas. Cuenta con numerosas voces a lo largo y a lo ancho de sus 294 páginas, lo que implicó un extenso trabajo de archivo. “Estuve tres años investigando. Comencé en diciembre del 2012, lo entregué recién en octubre del 2015 y lo terminé, incluyendo las correcciones, a comienzos de 2016”, contó Burgo. “Es importante ser organizado. Lo primero que hice fue ir al dato, aunque sea lo más mínimo lo buscaba, biografías de futbolistas argentinos o ingleses que jugaron el partido, libros sobre la relación histórico-futbolística entre Argentina e Inglaterra; me leí las revistas El Gráfico de la época, distintos diarios que hablaban sobre el Mundial México 86 y específicamente de aquel encuentro. Luego llegó el momento de las entrevistas. La tercera parte fue escribir y una cuarta corregir; aunque hice entrevistas hasta dos días antes de entregarlo por lo que hablar de etapas no resulta de mucha utilidad”, culminó con un suspiro como quien logra salir del mar después de haber luchado con olas gigantescas que amenazaban con ahogarlo. “Tuve varias correcciones, por ejemplo estaba mal resuelta la parte de los goles; pero ya veía la orilla, ya hacía pie”, comenta Burgo entre risas.
La obra de Andrés Burgo es un antes, un durante y un después del partido entre Argentina e Inglaterra; donde la verdad es una incógnita que se esconde entre los párrafos y la memoria aflórese confusa y contradictoria entre las voces de los protagonistas. “No se puede llegar a una verdad porque cada protagonista te cuenta cosas distintas y a veces contrapuestas, una cosa es lo que pasó y otra es lo que los entrevistados recuerdan que pasó”, sostuvo el escritor y agregó que muchas veces se inventan recuerdos de cosas que no existieron lo que no significa mentir.
Han pasado tres décadas del legendario encuentro entre La Selección nacional y los ingleses y “la mano de Dios” es uno de los sucesos de los que más se habló. Andrés Burgo recolecta voces de distintos protagonistas que se anudan para comentar aquel gol que Maradona hizo con la mano; desde el testimonio de su padre “Che, el pizzero dice que fue con la mano”, los jugadores Peter Shilton y Steve Hodge entre otros, hasta el astro argentino. Da para pensar que en el banco de suplentes argentinos no la ve nadie, y en el de los suplentes ingleses la ven todos. “En el fondo es también un libro sobre eso, sobre la memoria. En el archivo se ve cómo un mismo jugador va contando un mismo hecho de distintas formas, y cómo se va convenciendo de ese relato; y es que la memoria es muy frágil y selectiva, en cierta forma es una elección y el protagonista siempre elige qué recordar. Hay una frase del novelista español Javier Cercas que me acompañó durante todo el libro: 'Anteponemos nuestros recuerdos a lo que realmente ocurrió'”, reflexionó el autor.
En su obra Burgo rememora un sinfín de anécdotas del meticuloso Carlos Bilardo, director técnico del seleccionado nacional, invita a dudar sobre el verdadero autor de la frase “la mano de Dios”, cuenta las raíces del “barrilete cósmico” de Víctor Hugo Morales, repasa las peripecias de un utilero para conseguir las camisetas azules con las que Argentina le ganó a Inglaterra, relata con suma delicadeza los dos históricos goles del 10 y reconstruye cada instante de aquel 22 de junio de 1986, día en el que Maradona comenzó a ser retratado como un Dios. La selección de los hechos, el qué contar respondió a un objetivo principal: emocionar. “Vi Héroes unas 50 veces, y siempre me pregunté por qué no había un libro que emocione como esa película”, pronunció el periodista, aunque aclaró: “Es uno de mis filmes favoritos pero no busqué igualarlo”.
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