Mariano Soso, cual fiel discípulo de Bielsa, destaca por un amplio conocimiento acerca de la táctica, métodos poco convencionales y respuestas largas en conferencia de prensa. Su mentor fue Claudio Vivas y, pese a sus 38 años, ya tuvo varias posibilidades de mostrarse.
Comenzó su trayectoria como DT en 2015, en Real Garcilaso de Perú. Allí ganó 15 partidos, empató 4 y perdió 6. Un año después, fue contratado por el Sporting Cristal; equipo donde ya había tenido un paso previo pero como ayudante de campo. En el "Celeste", dirigió 54 partidos (23 PG, 15 PE y 16 PP) y se consagró campeón del Clausura y de la Copa Nacional.
Tras su éxito en el fútbol peruano, Gimnasia y Esgrima La Plata le delegó la conducción del equipo durante la temporada 17/18. Sin embargo, y a pesar de que los jugadores e hinchada apoyaban el estilo, Soso se terminó yendo a fin de año. En el "Lobo" cosechó 4 victorias, 1 empate y 7 derrotas.
Ya entrado el 2018, decidió volver a probar suerte en el exterior; era el turno del Emelec de Ecuador. En el conjunto "Eléctrico" concretó una buena campaña pero esta vez no se pudo coronar. Perdió la final del campeonato contra la Liga de Quito y se fue en abril del 2019 (19 PG, 12 PE y 13 PP).
En agosto del año pasado, Soso finalmente recayó en Defensa y Justicia; a priori un club ideal para desarrollar su filosofía. El proceso comenzó siendo algo tumultuoso, con una clasificación agónica por penales en Copa Argentina y tres derrotas consecutivas posteriores. No obstante, luego de numerosos cambios de esquema, el equipo logró afianzarse y terminó siendo muy competitivo. En el "Halcón", ganó 7 partidos, empató 3 y perdió 8. Se marchó a principio del 2020 debido a conflictos con la dirigencia.
En cuanto a su perfil como entrenador, el rosarino no se casa con ningún sistema. Por lo tanto, no va a sorprender que un día su equipo juegue con linea de 4 y que al siguiente partido lo haga con 3 en el fondo; o que arranque el encuentro con dos extremos y lo termine con doble 9.
Igualmente, si algo queda claro es que el nuevo San Lorenzo va a ser un equipo que siempre intente imponer condiciones sin importar contexto ni rival y que, permanentemente, esté buscando el arco contrario. Será un conjunto con gran poder de fuego adelante pero, un tanto vulnerable atrás.
Un dato curioso (más que un dato, es un patrón) sobre su carrera: en ningún equipo duró más de un año en el cargo.
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